Ellas están dentro, de nuevo montando bulla, emocionadas por el nuevo reajuste, están inquietas pues hay mucho que hacer y aunque ya tienen experiencia de la menarquia, si hubo primer embarazo, segundo e incluso un tercero…Tienen mucho trabajo, pues esta vez el gran cambio viene acompañado de mucha vivencia y experiencia, uffff!! Es su gran puesta en escena y muchas veces nosotras no somos conscientes ya que su llamado “no se entiende”.
Nuestras hormonas preparan el cuerpo… ¿para qué? ¿Qué quieren ahora, que les preste atención? ¿Cómo? ¿Y si yo me atiendo, quién va a cuidar a los demás? Y aparecen un sin fin de preguntas.
Siii, estos cambios hormonales marcan el momento de ver quién realmente somos, de unir y complementarnuestro Ser Integral: cuerpo, mente y espíritu. Se producen modificaciones en una parte de nuestro cerebro llamada lóbulos temporales, la zona relacionada con la Intuición.
Las hormonas hacen a la perfección su trabajo en el cuerpo pero ¿y la mente? ¿Estamos listas para afrontar este cambio?
Cómo dejar de Hacer y prepararse para Ser.
Todas estas variaciones hormonales afectan a nuestra vida produciéndonos un gran estrés emocional, cambios de humor, irritabilidad, tristeza, angustia etc. De acuerdo a cómo hemos vivido nuestra vida y de cuáles hayan sido nuestras situaciones, sobre todo de lo conectadas o no que hayamos estado con nuestro cuerpo, así se desarrollará nuestra nueva etapa, la menopausia, tanto emocional como física y psíquicamente.
La medicina convencional nos propone test para ver nuestros niveles de hormonas pero nuestro desarrollo no solo depende de ellos.
Los síntomas con los que nos podemos encontrar son más bien una combinación particular de:
Los niveles hormonales
La química cerebral
La situación en la vida de la mujer
La historia familiar
La satisfacción personal
Y muchos otros.
Qué os parece si damos un repaso y conocemos a las protagonistas.
Nos basamos en el libro de “ La Sabiduría de la Menopausia” de la Dra. Christiane Northrup. Con ello queremos decir que no somos médicas y solo hacemos una interpretación de lo que ella escribe y si necesitaseis más información o más puntos de vista podéis acudir a libros o especialistas. Nosotras os ofrecemos unas pinceladas para que podamos entender cómo funciona nuestro cuerpo. Siempre partimos de la premisa de que las mujeres estamos completamente preparadas desde que nacemos para hacer frente a todas las etapas de la vida con salud.
El papel de las hormonas sexuales femeninas no solo se limita a la función reproductora; estas hormonas están conectadas con nuestros cerebros y estados anímicos, algunas habéis podido experimentar esta conexión del sangrado con las emociones. Efectivamente hay una compleja interacción entre el hipotálamo, la glándula pituitaria, los ovarios y diversas hormonas que se producen en zonas específicas y que actúan concomitantemente.
Esta son:
-Hormona foliculoestimulante (HF) y luteinizante (HL), que se producen en la glándula pituitaria y son las encargadas de estimular el aumento de los niveles de estrógenos y progesterona durante el ciclo menstrual. Ahora nos ayudan a realizar los cambios necesarios en nuestro cerebro maduro para prepararnos en esta nueva etapa.
Las llamadas hormonas sexuales:
–Estrógenos, hormonas esteroideas (derivadas del colesterol) producidas por los ovarios, la placenta durante el embarazo, la grasa corporal y en menor cantidad por las glándulas adrenales.
– Progesterona, producida principalmente en los ovarios y que junto con el estrógeno y la placenta preparan el revestimiento del útero para la implantación y el desarrollo del embrión.
– Andrógenos ,hormona sexual masculina que el ovario también produce en pequeñas cantidades.
No dejan de estar presente en esta etapa. Evidentemente tienen un papel aparte del de la reproducción, sino sus niveles bajarían a cero durante la menopausia y no ocurre así.
Y la estrella:
–Hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) que se produce en el hipotálamo y en esta nueva etapa prepara el cerebro para nuevas percepciones.
El hipotálamo regula la producción de todas estas hormonas y a su vez es regulado por ellas y por otras. Tiene receptores no sólo en la progesterona, estrógenos y andróginos sino también para la noradrenalina, la dopamina y la serotonina, neurotransmisores que regulan el estado anímico y son influenciados a su vez por los pensamientos, las creencias y el entorno.
Las hormonas sexuales o reproductoras son directamente responsables de estimular los centros opíaceos en el cerebro. Nuestras cultísimas hormonas producen sustancias químicas parecidas a narcóticos que entran en el torrente sanguíneo y provocan una sensación agradable, una euforia natural a la amorosidad y satisfacción que sentimos cuando nos ocupamos de la familia, cuando amamantamos , cuidamos a otras personas, todas cosas que hacemos por amor.
Si queridas mujeres, ¡qué ilustradas son!. Este es un motivo más químico que explica por qué las mujeres somos buenas cuidadoras independientemente de si somos solteras, casadas, con o sin descendencia o apetencia sexualidad. Es parte de nuestra naturaleza.
¿Y qué ocurre en el cerebro cuando empieza la perimenopausia y la menopausia?
¡¡¡Nos liberamos de los opiáceos!!!!
La reproducción ya no es el objetivo y nuestras listísimas hormonas como decíamos al principio, hacen un importante reajuste y desactivan el efecto narcótico para que ahora nos hagamos cargo de nuestros asuntos inconclusos, atender a la sabiduría del cuerpo y su llamada a la verdad, a la expresión creativa y realización personal.
Los ovarios no dejan de funcionar, sólo se vuelven más lentos, nuestro cuerpo en la menopausia está diseñado para seguir produciendo estrógeno, progesterona y testosterona en otros lugares como: en la piel, en el cerebro, en la grasa corporal, en el hígado, en las suprarrenales e incluso en los nervios periféricos.
Además estas hormonas, que se fabrican a partir del colesterol, tienen la capacidad de convertirse en un tipo de hormona a otra. Ejemplo: el estrógeno puede convertirse en progesterona y la progesterona en estrógeno según las necesidades de nuestro cuerpo, de nuestro estado emocional, estado nutricional, etc.
Esto nos explica qué ocurre en nuestro cerebro cuando comienza esta etapa.
Qué alivio, ¿verdad?
Nuestro cuerpo cumple su cometido pero qué pasa con nuestra mente y psiquis?. El proceso de este gran reajuste a todos los niveles depende de muchos factores personales, como de lo que esté ocurriendo en nuestra vida aquí y ahora, de lo que haya ocurrido, de cómo lo hayamos gestionado, del estrés, la alimentación, si hay excesos físicos, si no nos hicimos cargo de situaciones emocionales, de miedos no afrontados…
Si no prestamos la debida atención a nuestro cuerpo, el sistema endocrino y sus capacidades naturales se debilitan y las consecuencias de esta desconexión pueden desembocar en una perímenopausia y menopausia turbulenta y cargada de síntomas.
Dolores de cabeza, hinchazón, subida de peso, sofocos, cambios de humor, disminución de la libido, etc.
Y como ya sabemos por experiencia esto es lo que se espera en una sociedad tan estresada y desconectada como la nuestra.
No obstante, la naturaleza es sabia y nos regaló una función adicional de la GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas) que cobra todo el protagonismo en la menopausia. Como mencionamos anteriormente, es producida en el hipocampo y prepara todo el entramado, aunque eso si, a veces con muchas oleadas.
Su papel es decisivo y si nosotras somos capaces de escuchar su mensaje, ejercitar nuestras nuevas percepciones y adquirir nuevos comportamientos que faciliten esta nueva etapa, podemos junto a ella vivir nuestra madurez con toda su potencialidad.
Todo el conjunto de nuestro cuerpo físico, psíquico, energético y químico está en marcha y esperándonos, solo tenemos que oír su llamado, acompañarlo y reforzarlo.
Mírate al espejo con mirada sincera, con los ojos de tu alma y descubre la MUJER que te habita. Acompáñala.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Te lo mereces todo y más!!!!!!!!!!!!!