La alquimia del caldero

En el artículo anterior comentábamos la importancia de los ovarios, hoy hablaremos del útero y la cérvix. Estos órganos internos se hayan en nuestra pelvis o en lo que corrientemente llamamos caderas. Es “el caldero” donde se hace la alquimia, el recipiente milagroso que es capaz de nutrir y gestar.

Útero

El útero es un músculo hueco ubicado en la parte inferior del abdomen, entre la vejiga y el recto. Su función fisiológica es anidar al óvulo fecundado, es el hogar en potencia de otro ser. La medicina alopática considera que una vez alcanzada la menopausia, ya no cumple ninguna función y hasta nos aconseja quitárnoslo, para que no dé problemas: una histerectomía preventiva es lo mejor. Esta es otra forma de reducir a las mujeres solo a nuestra capacidad reproductiva. Sin ningún otro valor intrínseco como personas. Y llegamos a la edad madura creyéndonos el cuento que nos cuentan…

Cambiar las creencias sobre el útero nos ayuda a mantener óptima nuestra salud y a reconocer nuestra valía como mujer completa. El útero refleja la realidad emocional y la confianza que cada mujer tiene consigo misma, su identidad más intima. Cuando la energía uterina no es atendida encontramos a la mujer con una autoestima baja, inseguridades y creencias limitantes que le impiden ser o saber quien es, piensa que no tiene recursos interiores para expresarse, no puede tomar las riendas de su vida, sus miedos la ciegan y no se da cuenta de que es ella misma quien está atrapada en sus propios bloqueos que le impiden avanzar.

Cuando hablamos de su función de gestación nos referimos a gestar todo: otro ser, proyectos, creatividad, la vida que quieres tener y a ti misma. Por eso nosotras consideramos importante prestarle atención a este centro en el climaterio. Dado que es el momento adecuado para parirnos a nosotras mismas en una versión más adecuada a nuestras necesidades actuales.

En este centro se encuentra la sabiduría primigenia, que nos conecta con lo salvaje, lo sensual y la fuerza de vida. También contiene nuestras memorias ancestrales. Tiene mucho que ver con la energía del dinero, la sexualidad y el poder personal. Por lo tanto si nos sentimos con capacidad para expresar nuestra creatividad, crearnos estabilidad económica y emocional, encontrarnos bien con nosotras mismas y con las relaciones que mantenemos, la salud de nuestro útero es óptima. Si no atendemos a nuestra realidad emocional y no desarrollamos confianza en nosotras mismas nuestros órganos pueden corren riegos de enfermedades como miomas, endometriosis, dolor pélvico o incluso cáncer. La manifestación de estas posibles enfermedades está relacionada con la insatisfacción que sentimos en diversos aspectos de nuestra vida: familia, trabajo, pareja, creatividad, éxito e independencia económica.

Cérvix

La cérvix o cuello uterino es una porción fibromuscular inferior del útero que se proyecta dentro de la vagina, la parte más cercana a la misma es la exocérvix y la endocérvix es la parte en contacto con el útero. Tiene un pequeño orificio en el centro que se abre o cierra según la etapa del ciclo menstrual. Sujeta al bebé en la gestación y se dilata para el nacimiento. No es solo un tubo de paso desde la vagina hacia el útero. La cérvix es un órgano fundamental en la reproducción. En el momento de la ovulación produce el llamado moco cervical que es quien facilita el paso de los espermatozoides. Sin la producción de ese moco cervical los espermatozoides se quedarían bloqueados en la cérvix, no podrían realizar su camino al interior del útero y llegar a las trompas de Falopio, donde se produce la unión. En la menopausia este orificio se encuentra más cerrado y el moco cervical es más compacto y menos elástico.

Algunos problemas que encontramos en esta parte del cuerpo están relacionados con el estrés y la capacidad de decir ”NO”, o sea de poner límites.

Por todo lo que hemos descrito es importante ver la relación que existe entre nuestros órganos, emociones y situación de vida. Prestar atención a nuestras necesidades internas tanto físicas como emocionales es responsabilidad nuestra. Siempre podemos pedir ayuda si nos es difícil conectar con nosotras.

Una forma simple de conectar es hacer una respiración consciente. Para ello te invitamos a realizar la respiración uterina.

Escoge un lugar donde te sientas cómoda, hazlo agradable y acogedor como tu prefieras: enciende velas o unas varitas de sahumerio de tu agrado. Puedes masajear la zona del útero que está localizada sobre el vello púbico, con dos gotas de aceite de Ylan Ylan o Salvia en el sentido de las agujas del reloj con suavidad, cariño y de forma armoniosa. Una vez que sientas que estás lista deja tu mano quieta, apoyada en tu centro de poder y observa tus sensaciones. Si surge alguna emoción déjala salir.

Comienza con la respiración abdominal, suave y profunda. Inspira aire desde el abdomen, lo retienes e imagina que lo bajas hasta el útero, donde está tu mano. Al exhalar sacas el aire del útero soltando cualquier juicio o creencia que te esté limitando. Siente como el vientre se deshincha en cada exhalación como si fuese un balón.

Vuelve a inhalar y repite este procedimiento 3 veces. Descansa, respirando a tu ritmo y vuelves a empezar. Realiza tres series de tres respiraciones. En total nueve respiraciones, como los nueves meses de una gestación.

Cuando estés familiarizada con esta respiración puedes imaginar que el aire oxigena todo tu útero, percibe como sus células responden dando vida a tu proyecto, cambio o lo que estés queriendo manifestar. Siente su palpitar, disfruta de su vibración y nota tu centro de poder restaurado, limpio y amoroso.

Puedes realizar esta respiración todas las veces que quieras, sola o acompañada con otras mujeres o tu pareja. Si es un hombre el que respira contigo él sentirá su centro de poder en el segundo chakra, cuatro dedos debajo de su ombligo. Al masajear la zona con el aceite tendrá que hacerlo en el sentido contrario a las agujas del reloj.

Los chakras son los centros de energía que están localizados en nuestro cuerpo. Pueden girar hacia la derecha o hacia la izquierda y varían el sentido de su giro si es un hombre o una mujer. Los chakras que en el hombre giran hacia la derecha (en el sentido de las agujas del reloj), en la mujer giran hacia izquierda y viceversa. Todo giro a la izquierda tiene un predominio de energía yin mientras que hacia la derecha predomina la energía yang. El sentido de giro cambia de un chakra a otro. Así, el segundo chakra en la mujer gira hacia la derecha y favorece una mayor energía activa en la expresión de los sentimientos. El sentido hacia la izquierda de este chakra en el hombre lo predispone a abrirse a lo receptivo.