Mi cuerpo en rebeldía

Aquí estamos nuevamente para compartir contigo otro tema que puede interesarte mucho, ya sea de manera personal o bien para cualquier persona de tu entorno.

Vamos a hablar de las señales que nos envía nuestro cuerpo en forma de molestia, cansancio, dolor muscular, articular, etc. o síntomas, como mareos, vértigos, acúfenos… a las que normalmente no les hacemos caso y que pueden terminar en una enfermedad más grave.

Así es. Nuestro cuerpo es muy sabio. Nos va enviando diferentes avisos a distintos intervalos hasta que lo escuchemos. Tal como lucecitas de un tablero se van encendiendo indicadores de algún fallo, algo no está funcionando como toca.

Antiguamente se le prestaba más atención a estas señales. Lo que pasa es que hoy en día nos hemos olvidado de reconocer estas alarmas y no sabemos verlas.

En la actualidad vivimos en una vorágine de actividades, excesiva información y continua productividad. Esta exigencia es precisamente la que nos desconecta de nuestra verdadera esencia olvidándonos de nuestro propio mecanismo de sanación y recuperación del equilibrio.

¿Cuáles son las señales? Generalmente éstas se manifiestan a un nivel más sutil, es decir aparecen en nuestra mente como una sensación de molestia o incomodidad o bien surge alguna emoción que no sabemos cómo gestionar y reaccionamos siempre de la forma aprendida.

Ejemplo1: Aparece un dolor de cabeza. ¿Qué hacemos generalmente? Tomamos un analgésico. Bien, el síntoma disminuye o desaparece. Pero si al tiempo vuelve el mismo síntoma, una y otra vez… ¿sabemos la causa de ese dolor en la cabeza? Tal vez esté usando la cabeza para resolver situaciones que no necesitan resolverse intelectualmente, forzándola a dar respuestas que no puede. O me estoy juzgando con mucha rigidez diciéndome frases como “soy un fracaso”, “no estoy a la altura”, “no doy la talla”. Estas frases resuenan en mi cabeza como golpes ¿por eso duele?.

Ejemplo 2: Sentimos dolor en la espalda. ¿Qué hacemos? Tomamos un antiinflamatorio o un relajante muscular. Pero… y si el dolor persiste? Puede ser que al cabo de un tiempo vuelva a presentarse el mismo cuadro o peor… Y si para buscar la causa de este dolor miro hacia adentro y me pregunto: ¿Qué quiero esconder detrás de mí que no quiero ver? ¿Qué carga pesada estoy llevando? Tal vez esté llevando muchas preocupaciones encima. ¿Cómo puedo liberarme de tanto peso?

¿Qué nos está queriendo decir nuestro cuerpo? ¿Cómo se encuentran nuestros pensamientos, ideas, emociones o sentimientos? ¿Qué pasa cuando no sabemos gestionar los pensamientos o las emociones? Si no prestamos atención a estos síntomas y a las causas que los originan, toda esta información se queda en el interior. Este contenido reprimido, bloqueado o mal gestionado que se alberga en el cuerpo, se va acumulando… y puede llegar a producir enfermedades.

Estas señales que el cuerpo nos envía nos están indicando que estamos sometiéndonos a actividades, situaciones, vínculos o entornos hostiles para nosotras y que necesitamos realizar algunos ajustes para no seguir en la misma línea. Ignorar estas señales es perjudicial para nuestra salud, es el paso previo a la enfermedad. Si no escuchamos estos síntomas el cuerpo opta por elevar el tono de voz, hasta gritar en forma de dolor físico.

La enfermedad no es más que otra señal que nos envía el cuerpo, cuyo mensaje es: haz un cambio, a viva voz.

Si aprendemos a descubrir estas señales, identificarlas y saber cuál o cuáles son las causas que las originan podemos evitar enfermarnos o disminuir la necesidad de que se manifiesten de forma tan severa. Siempre que estemos dispuestas a hacer los cambios que éstas solicitan.

La Dra. Mariam Rojas Estapé en una conferencia explica con detalle cómo podemos enfermar si no aprendemos a escuchar el mensaje de nuestro cuerpo. Tienes el enlace al final por si quieres escucharla.

Nosotras te adelantamos algunos consejos sobre cómo empezar a conectar con tu cuerpo y aprender a escuchar esta voz interior que pide a gritos que restablezcas tu equilibrio perdido.

  • Empieza por Conocerte. Si sabes lo que te pasa, cómo sueles reaccionar, cuál es tu forma de funcionar y tus mecanismos de defensa podrás comprender mejor las manifestaciones que aparecen en el escenario de tu vida. Si te conoces sabrás lo que quieres, lo que necesitas, aquello que anhelas, cuáles son tus fortalezas y tus debilidades. Y desarrollar tu potencialidad. No tengas miedo a mostrar tu verdadera esencia. Inicia un camino de autoconocimiento.

  • Aprende a gestionar tus emociones. Hay muchas formas de reaccionar ante la aparición de una emoción, pero no todas son positivas. Se puede reaccionar de manera violenta, tragarse lo que se quiere decir por miedo a una confrontación, reprimir lo que se siente y hacer como que no ha pasado nada, etc. pero todos estos son ejemplos de una gestión desacertada, no solucionan nada y ante una circunstancia similar se volverá a producir la misma reacción si no hay una toma de consciencia de ello. Elige la forma adecuada para expresar tus emociones. Esto se aprende.

  • Identifica lo que sientes. No es lo mismo sentir rabia que tristeza, rencor o impotencia. Si puedes identificar lo que sientes, ponerle nombre, tendrás un mayor conocimiento de tu estado emocional. Las distintas emociones te dan una información adicional de lo que está sucediendo dentro de ti. Es como afinar tu instrumento.

  • Comunícate asertivamente. La asertividad es decir lo que piensas, qué te lastima, qué necesitas y poner límites de manera adecuada para que te entiendan claramente y sin dañar a las personas que te escuchan. Esta habilidad también se aprende.

  • Por último aprende a descifrar los mensajes de tu cuerpo. Ponerle voz a los síntomas y escucharlo es escucharte, amarte y respetarte. Cuando sepas el cambio que tu cuerpo necesita, pasar a la acción es el próximo paso.

Si crees que necesitas un acompañamiento para llevar a cabo estos aprendizajes siempre nos tienes a nosotras, que estaremos encantadas de poder ofrecerte nuestro aporte en tu camino de bienestar y desarrollo personal. Con tu compromiso y nuestra guía será más fácil saber cuáles son los movimientos que tu cuerpo reclama y para qué.

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